Cuadro de Invierno

El dolor se tiende en mi portal
como un gato cansado…
y el tiempo de la noche se desliza
entre el desaliño y la tristeza
de todos esos matorrales urbanos
que están hechos de plástico y cartón.

Ya es una de esas horas ocres
en que se van quedando ciegas todas
las diminutas estancias de la vida…
Es la hora del té de los borrachos,
la hora de la siesta de los perros,
la hora de volar… de las raíces,
la hora de morir… de los amaneceres…

Es un instante de esos…
en que la luz te hiere…
Y te hiere tanto y tanto…
que prefieres bebértela a mirarla
y en un descuido la bebes con las manos
y se te queman las flores de los dedos.

Es un instante de esos…
en que hay que perdonar a las libélulas
la burda insensatez
de empeñarse en volar tras las bombillas.

El alma es una nube frágil
que se sostiene sobre las hojas de los árboles.
Y es por eso posible…
que en esta precisa hora del invierno,
su rastro se desdibuje entre los charcos.

El dolor se tiende en mi portal
como un gato cansado…
Y yo…
voy velando sus sueños y los míos.

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VIVIR...

Hoy he de romper la luz.

No he de esperar mas tiempo…

Ya no sé declinar
los verbos escondidos
que ejercita el tiempo sobre mi.
Ya no se pasear por esa línea
que marcaban los sueños
de fugaces libélulas.
He perdido las alas
de la consagración al infinito.
Solo me queda la tierra.
Solo me queda la tierra…
Sólo…
L a t i e r r a.

Y sin embargo…
sigo esperando un fuego
que transforme al destino
en una mariposa
de impredecible belleza.
Sigo oliendo el interior de las flores
(a veces a escondidas)
sigo sintiendo
que algo estalla por dentro
cuando suena esa voz
(que es lo mismo que decir:
cuando no suena nada)

Hoy he de romper la luz.
Ayer soñé
que había un nacimiento
esperando esta muerte.

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(Imagen extraída de AstronoMike.Net. El directorio de la foto astronómica)

MONEDAS DE LA INFANCIA

¿Tú recuerdas el mar…?

El mundo estaba preso en una ola

que mecía su suerte por los acantilados

y por las rosas de agua del olvido.

¿Tú lo recuerdas? di…

El horizonte era el límite impecable

entre la huída

y la resignación.

Y… nosotros… tan niños…

rompíamos a cada instante las fronteras…

las del sueño, las del miedo,

las de esa limpia arrogancia

de nuestra inmunidad.

¿Tú lo recuerdas así?

Sonaba por debajo de los ojos cerrados

atravesaba las alas de la risa,

y por encima de los pies

también quemaba… también sonaba.

Y es doloroso que el mar

no nos recuerde ahora…

ahora que crecimos

y abrazamos esta lenta vocaciónde ser montaña.

Y es importante que su ojo rizado

no deje de mirarnos nunca, sorprendido,

desde la nueva imprecisión del horizonte

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Intento de Haiku

Hoy el Otoño

balancea tu ausencia

sobre una hoja.

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Escuchando...

(fotografía extraída de wikimedia.org)

"Tras el canto del mirlo,

la montaña parece aún más silenciosa"

(T. Deshimaru)

Descanso

(He de decir que esta imagen no es mía, aunque me gustaría...)

Descanso

El artista reposa…
Ha dejado su cuerpo doblado en una silla,
ha cerrado la puerta de la posteridad.
Él sabe…
que merece la pena
permitir que se inmole, algunas veces,
un instante cuadrado del mezquino presente.
Él sabe… ¡es tan diminuta
la oquedad que recorta en el tiempo
cada silencio manso de sus manos!

Acaso hoy podría dibujar
misteriosos imperios oceánicos
Mas…
(puede que por algún lunático motivo)
se le haya antojado casi imprescindible
morir antes un rato.
O quizás, tan sólo,
Asomarse al gesto de la muerte con un poco de cuerpo,
con un poco de ser y de voz.
Y regresar después
con esa luz oscura en el cabello.

El artista reposa… Él sabe que alguien
sigue amando sus manos desde lejos.
Sus manos que son uñas y frutos y calvarios,
que son lluvias
y lagos
y pozos,
que son atardeceres…
y gestos insolentes de los niños…
sus manos dormidas,
recostadas en el lánguido vaivén
de la fascinación.

Algunas esencias

El tiempo se abre…

en su profundidad

juega un jilguero

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A veces... el milagro

Frente a este cielo denso, de la noche,
que convoca al Silencio Universal;
Frente a esta calma de orugas y de rocas
(que reconcilia en su olor distantes continentes,
y dulces mariposas y trágicos naufragios);
Frente a esta paz sigilosa y oscura…

Sólo puedo decir que la vida …
ha sido tan hermosa en algunos instantes….
tan ligera, tan limpia…
Como la misma cara de esta luna
que ahora duerme en tus ojos.

Sólo puedo decir que algo de mi
se desprende y vuela hasta lugares
adonde mi cuerpo…
no podría haber llegado nunca.

Sólo puedo decir… que hoy siento
que mi alma es leve y diminuta
como la propia arena.

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A un artista que crece

“Ese árbol que hoy llena tus brazos
Ha nacido de un germen ínfimo”

(LXIV, Tao Te king)

Un hombre está creciendo…
proceso silencioso de erosiones y azares.

Crece su sombra… una flor negra y abierta
que rezuma recuerdos largos y leñosos.

Crecen sus ojos… paseantes inquietos
que van y vienen de la profundidad del cielo
a la cocina.

Y crece su alma tanto…
que se queda vacía
(y él nunca había sido tan hermoso)

También le crezco yo por dentro
y dibuja mi espalda
con manos poderosas y pinceles antiguos…
y la extiende en un lienzo
y luego...la contempla
herida por la luz.

Un hombre está creciendo…
Y justo ahora es un río
que no podrá extinguirse nunca.
Ya nadie sabe de la vitalidad que alimenta
cada hoja y cada muerte dorada del Otoño…
Y la tragedia que yace en cada instante
de una transformación,
será siempre un secreto

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Danzar...

“Estamos condenados a ser menos flexibles que la luz.
Cómo creer en el amor entonces…” (Aurora Luque)

Abre ya las manos

y enséñame esa danza silenciosa

que te baila la lluvia

(cuando canta sus sones)

sobre tu cabeza.

Ya no importa

la tarde derramada

sobre el suelo dormido.

Ya no importa la noche disfrazada de túnel,
de rojo,

de búho,
de milano...

Tan solo sé de estos pies

que siguen empeñados

en caminar a ciegas,

en trazar espirales…

con sus antiguos pasos.

Abre ya las manos
y enséñame esa danza silenciosa
que hace volar
a las viejas raíces.
Y que convierte en océanos
los infinitos dedos de los sauces.

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Cuando seas un niño...

Te buscaré mañana
cuando estés dormido
cuando seas un niño
tendido sobre el mar...
Abandonado al fuego, a la sed, al fin.

Te buscaré primero
con los ojos cerrados
con las manos de nube,
con esta boca tibia que te llama
desde hace tanto tiempo.
Ataré con tus brazos
y mis piernas
esta esfera caliente de deseo
que rueda por tu vientre
y por el mío.
Que nos quema la voz.
Que nos pinta de rojo
todos los sentidos.

Me beberé despacio
toda tu piel...
buscaré palmo a palmo el sabor
de todos tus rincones.
Serás mi vino, mi fruta, mi agua.
Ya no descansaré
hasta ver en tus ojos
el fin del universo...
Hasta domar tu cuerpo
con la furia del mío.

Soñando a 2000 metros

La cascada del tiempo
gotea con su luz sobre mi frente.
Y pasa por delante de mis ojos
y de los ojos de todas las estrellas…
con el mismo silencio.

La única magia que ha de existir ahora
es la quietud de infinitos colores,
abandonados en el fondo del espejo…

La única magia…
es el ala de un ave
adivinando su ruta y su fragilidad
en el abismo.

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Contemplación

La tarde se ha posado
sobre este instante tuyo…
Y va lamiendo, con su serenidad,
los últimos secretos de tus hombros.

Ya nada podrá volver a besarte
como lo hace esta luz…
Intransitable piel de diosa.

Ya… sólo puedo contemplar
tu dulzura de selva floreciendo
en el placer silencioso del aire.

La tarde se ha posado
sobre la languidez prohibida
de tu vientre… y me he quedado
soñando entre las hojas
con un tacto de plumas.

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A NOCHE VENCIDA

(Gracias a J.M. Ramos por prestarme esta noche suya)

En la calle

he escuchado la voz negra del gato...

arañando las piedras.

Algo ha roto el cristal

de esta noche de invierno.

Y así, sin muro alguno,
ya no puedo mirar a las estrellas,

y no me crece más la luna.

Demasiado cielo

para un cuerpo blindado

perdido en su salón...

Demasiada oscuridad,
ya...

demasiada esperanza.

Ruidos de recogida

en los últimos locales

de diminutas calles.

Y en mi casa, la aurora... sigilosa

(traidora)

trepando la escalera.

Un búho blanco
desmenuza mis sombras,
quizás piense…
que en la noche se esconden

los cordeles oscuros

que hacen eterna

el agua de los ríos...

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Paisajes que recuerdo

(Homenaxe a Galiza: o meu Norte, o meu orixe)

Tu lluvia eterna… repicando
en el embarcadero de mi pecho…
tan silenciosamente
constante
e invisible.

Tu lluvia…

Que traza la tristeza mojada
con que yo miro al mundo;
que es la misma que habita
entre los ojos verdes de tus acantilados
y en la voz puntiaguda de los últimos trenes.

Recuerdo una mañana lenta del Otoño…
Las vacas masticando toda la trascendencia del paisaje;
(con su hierba exquisita)
la promesa del Sol ronroneando
con su disfraz de sombras…
Y mi alma lloviendo despedidas
en la perplejidad
de la ventana

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La Victoria

Creo que he sido Dios por algún tiempo…
Tal vez… en un instante de los ojos
de un animal salvaje
cabalgó mi osadía (hasta ese extremo).
No sé durante cuántos minutos,
en el alma primitiva de una loba,
o de un ave asustada,
logré posar mi paz… (¡lo deseé tanto y tanto!)
Y se quedó su furia allí,
postrada ante mis pies temblorosos.

No lo soñé…

¡Son tan iguales la euforia y la desolación!

IMPRECISIONES II

LA SEMANA PROGRESA


La semana progresa…
y el desamor
es un gesto aleatorio
de los dedos del tiempo
pellizcando la boca
de mi estómago.

Los escorpiones pasean por mi cama
me hablan de la luz…
(ellos si brillan).

La semana progresa…
mi plenitud se esparce
por los algodonales subterráneos
de una ciudad anónima
y sigo sin acudir
a la llamada de Dios.

Ya están creciendo flores
en las alcantarillas.
La primavera me muerde los talones.
La luz fornica en mi ventana
con objetos minúsculos que vuelan.

La semana progresa…
Tu cuerpo me ama unos minutos…
(mientras tanto tu alma
se sienta en nuestra cama a conversar con la mía…
luego se miran, se abrazan, se despiden…)

La semana progresa…
me decido a volar…
me he descubierto olvidada en el centro
de tus ojos de pez.
Me decido a volar…
Alguien golpea mi nombre
con su amor (y suena a mar de invierno).

La semana progresa…

Hoy sólo un Homenaje.

YO NO LO SÉ DE CIERTO

Yo no lo sé de cierto, pero supongo

que una mujer y un hombre

algún día se quieren,

se van quedando solos poco a poco,

algo en su corazón les dice que están solos,

solos sobre la tierra se penetran,

se van matando el uno al otro.

Todo se hace en silencio.

Como se hace la luz dentro del ojo.

El amor une cuerpos.

En silencio se van llenando el uno al otro.

Cualquier día despiertan, sobre brazos;

piensan entonces que lo saben todo.

Se ven desnudos y lo saben todo.

(Yo no lo sé de cierto. Lo supongo)

J. Sabines

..........

Sobre el dolor

Desnuda... tú me dueles

como le duele al cielo

cada cima escarpada

clavada entre sus nubes.

Me dueles...

Y dibujas tu destino

contra el mío

en un sólo horizonte

fragmentado.

Al Amigo

(Para mi buen amigo Javi... mil gracias... por su mano eternamente extendida)

Toma mis manos

ahora que aún están manchadas

de la vida.

Tómalas ahora que aún sangran.

Ven...

que su tierra todavía está caliente.

Tómalas y ponlas en tu cara.

Cierra los ojos, como si fueran tuyas,

y acaricia con ellas tu frente,

si te duele.

Deja también

que te besen mis dedos en los ojos,

que te pinten los labios de cariño...

Ellas saben que tú sufres

con esa misma tierra que las mancha...

Ellas también están cansadas

como tú.

Como tardes de otoño.

Deja tu alma dormida en esa cuna

que ponen en tu cara.

Y deja que te arropen

con su sudor el cuerpo.

...

A tu abrigo, Amor

Voy a arroparme con este sol sereno…

mi cuerpo blanco arrullado debajo.
Invisible
(un diminuto bosque
explotando por dentro de la hoja
de un helecho).

Agua que rompe la vida,

bajo tierra.

Y que juega con rocas,
enquistadas en raíces.

Y que sólo existe
si la luz me mira…
O si brilla en mi pozo

aquel instante tuyo.

Voy a mirar absorta...
hacia este cielo

curioso y distante,
que no conoce fin

con sus ojos de lluvia,

con su gritos azules...
con todos sus jirones.

Voy a morir de Amor,

posada en todo,

levemente...

Con la misma dulzura
con que lo haría el aire.

.....

i shin den shin

(la verdadera esencia sólo puede ser
transmitida de espíritu a espíritu,
de mi alma a tu alma... T. Deshimaru)

El hombre mira la flor,
la flor sonríe.

(viejo koan)

...

... y nace un muerto...

(esa canción de Aute, que me encanta...
me inspiró este Haiku)


Ya han conversado
tu dura soledad
con mi vacío.

...

Algo de paz

Extiendo
mi mano a la distancia
y roza una mirada sola…
sola como una roca, como un bosque asustado.
Entonces sueño que el mundo
está hambriento de voces
y también de silencios.

Veo la luz que se desgrana en la espera
de ventanas cerradas,
de dolorosos pechos aún abiertos... Una lluvia imposible
cristaliza en el cielo (nada roza).

El agua sigue quieta
(todo su frío ileso en el espejo)…
Y la tierra sedienta del tacto de mi mano.

...

Con los ojos tendidos

en el cerco voraz de la ventana...

me dejo masticar por la quietud

de todos los paisajes.

Y siento...

como me voy vertiendo

en las plácidas tareas de la luz.