Monday, February 02, 2009

ESTÁBAMOS LOS DOS ENTRE LA NIEBLA



Estábamos los dos entre la niebla.


Yo escuchaba tu aullido, en algún punto
de la selva del sueño y de las rosas.
Te dolía la Luna como a mí.
Te dolía su luz, su redondez de templo…
Su belleza enquistada entre tu oscuridad.

Estábamos los dos entre la niebla.

La soledad era un encuentro silencioso
con la duda, con las paredes del mundo,
con el inútil sexo de la desolación.

Tu escuchabas mi aullido en algún punto,
mi amanecer de crines y de orugas.
Mi epitafio impaciente descontando los pasos.
Mi volcán de fracasos reventando
en los ojos de Dios.

Estábamos los dos entre la niebla.

La ceguera del mundo se instalaba en las copas
de los alcornocales y nos mojaba el alma
con sus manos difusas y heladas.
Nuestra ceguera, en cambio… era una herida negra
que supuraba recuerdos y palabras
por las grietas angostas del pasado.

Estábamos los dos entre la niebla
como antiguas almenas,
como árboles muertos,
como sombras de guerra labradas en el aire.

Estábamos los dos entre una niebla
profunda y sigilosa... como el miedo.
Y la muerte no lograba derrumbarme con su ferocidad.
Pero tu olvido si.


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3 comments:

Sangre said...

Como siempre...bellisimo
Un abrazo
Carlos

Anonymous said...

Siempre me maravillaron tus poemas, y te los reconocería donde fuese. Es enorme leerte.

Saludos.

Viví ( Lecabel)

Topacio said...

Me ha encantado este poema, Amanda. Alguien y algo han acudido a mi mente…

Un beso, y muchas gracias por tu visita.