Hay golpes que te dejan un dibujo morado pudriéndote la carne... Los besos del odio. Son más fuertes que los del amor. Pero igualmente se curan con el paso del tiempo… Otros no se te quedan en el cuerpo, pero rebotan en la cabeza sin que sepas, de dónde puede haber venido su eco a zumbar en tu cerebro. También hay golpes que se los da uno mismo con cierta inercia torpe y masoquista... Pero es esa, una mutilación voluntaria, inevitable e imprescindible.
Tu poema produce quietud, sosiego, placidez al mirar por esa ventana los paisajes soleados que se contemplan desde lejos. Ese distanciamiento y falta de implicación que supone mirar, imaginar sin formar parte del escenario me trae recuerdos.
...Mi querida amanda, tardas tanto en deleitarnos que se queda el alma hambrienta de masticar la leve hermosura que vierte tu alma, desde tu sensibilidad tan desvestida de pronósticos...y tan llena de pureza...un fuerte beso. Carlos
6 comments:
Gracias por tus visitas a mi blog.
Haber si me escribes a mi mail.
Un abrazo.
Tu poema produce quietud, sosiego, placidez al mirar por esa ventana los paisajes soleados que se contemplan desde lejos. Ese distanciamiento y falta de implicación que supone mirar, imaginar sin formar parte del escenario me trae recuerdos.
Un beso.
Hermosísimo, "... verterse en las plácidas tareas de la luz"
:)
Cuando leo algo que me deja quieto, inmovil, guardo silencio.
Y me vierto al completo en él.
...Mi querida amanda, tardas tanto en deleitarnos que se queda el alma hambrienta de masticar la leve hermosura que vierte tu alma, desde tu sensibilidad tan desvestida de pronósticos...y tan llena de pureza...un fuerte beso. Carlos
Dejarse resbalar en la vida, eso es lo que provocas cuando la quietud te mastica.
Hermosa tranquilidad.
Saludín.
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