Hay golpes que te dejan un dibujo morado pudriéndote la carne... Los besos del odio. Son más fuertes que los del amor. Pero igualmente se curan con el paso del tiempo… Otros no se te quedan en el cuerpo, pero rebotan en la cabeza sin que sepas, de dónde puede haber venido su eco a zumbar en tu cerebro. También hay golpes que se los da uno mismo con cierta inercia torpe y masoquista... Pero es esa, una mutilación voluntaria, inevitable e imprescindible.
4 comments:
Siento discrepar... con el título.
:)
Es un bellísimo haiku.
Ha quedado muy bien.
Lo llamarás intento, pero te ha salido precioso, Amanda.
Un beso en otoño.
Me parece precioso y perfecto.
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