Me lloviste en el alma,
me lloviste en los zapatos de tacón,
en las macetas,
me lloviste en las tardes de acero de Diciembre,
en los libros azules de poesía,
me lloviste en la tortilla de patatas,
en el acuario del fondo del salón…
Me lloviste en los paseos de los jueves,
en todas las montañas que subía.
En las paredes rojas del teatro.
En los poemas.
Me lloviste en la ropa tendida…
En el portátil nuevo, en el buzón,
en las sábanas dulces de franela.
En la copa de vino.
Me lloviste en los tangos,
en el vagón del metro,
en la madera roja
de mi guitarra.
Me lloviste en las notas de un concierto de Blues.
Y me lloviste una tarde de agosto
en mitad de un desierto.
me lloviste en los zapatos de tacón,
en las macetas,
me lloviste en las tardes de acero de Diciembre,
en los libros azules de poesía,
me lloviste en la tortilla de patatas,
en el acuario del fondo del salón…
Me lloviste en los paseos de los jueves,
en todas las montañas que subía.
En las paredes rojas del teatro.
En los poemas.
Me lloviste en la ropa tendida…
En el portátil nuevo, en el buzón,
en las sábanas dulces de franela.
En la copa de vino.
Me lloviste en los tangos,
en el vagón del metro,
en la madera roja
de mi guitarra.
Me lloviste en las notas de un concierto de Blues.
Y me lloviste una tarde de agosto
en mitad de un desierto.
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6 comments:
Extraordinario poema, Amanda. Me encanta. Disfruta de esta inspiración que te posee, que no siempre está ahi. Disfrutala mientras esté.
La lluvia, esa maravilla, tan ausnte, a veces. Esta semana ha llovido donde yo vivo. Y es una bendición. Los árboles sonrien. Los bosques entonan una sinfonia de color y de alegria.
Aqui en mi Galicia si que llueve, llueve tanto que hasta te cala el alma...
precioso como siempre querida amiga.
un abrazo.
(me encanto de la otra, "...en el techo de la duda...", preciosa imagen, mas alla solo esta la montaña de la incertidumbre, muy bella la imagen...)
Cuando la lluvia sea capaz de empaparnos los huesos trémulos del alma, entonces, recién podremos entender los dolores del otro... Si no contemplamos las cosas con los anteojos del corazón, la lluvia seguirá siendo un pobre fenómeno natural.
Sinceramente, me gusta, !en serio que me gusta! "jooooderrrrrr"!
Kique
Lluvia o sol, nuestra esencia siempre descansa y es luminosa.
La lluvia no es un pobre fenómeno natural, ni es una maravilla si se contempla "con los anteojos del corazón". Es lo "que es" sin apreciaciones ilusorias por parte de nuestra mente racional.
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