Thursday, October 26, 2006

TU LLUVIA

La lluvia estaba quieta,
agazapada…
en la boca más profunda
de aquel árbol.
En las agujas insolentes
de la acacia.

Era una risa fina, la lluvia,
que cortaba toda la oscuridad
de un silencio de nubes
y de pasos.
Y el aire… se aliviaba con ella
de todos sus anhelos inservibles.

La lluvia nos miraba
desde su eternidad minúscula.
Y entonces…
se atizaba un carbón
en el trágico centro de tus ojos.

6 comments:

ecasual said...

Es un gran poema. Para disfrutar releyéndolo en muchos momentos.
Saludos

Carlos Negrón said...

Me pierdo y me encuentro gracias a la lluvia, en la humedad de la tierra bajo mi sombra.

Paz

Leo Zelada said...

Me gusta este poema,es sencillo pero tierno.

Anonymous said...

Llanto profundo y generoso, llanto desde adentro.
Un saludín, compañera.
:-)

Anonymous said...

Qué carbón, el tío. En fin, mucho
Amor

@Igna-Nachodenoche said...

En el epicentro de los ojos, ni la lluvia fue capaz de soliviantar el fuego, ni los anhelos inservibles.
Me agradó.