En la calle
he escuchado la voz negra del gato...
arañando las piedras.
Algo ha roto el cristal
de esta noche de invierno.
Y así, sin muro alguno,
ya no puedo mirar a las estrellas,
ya no puedo mirar a las estrellas,
y no me crece más la luna.
Demasiado cielo
para un cuerpo blindado
perdido en su salón...
Demasiada oscuridad,
ya...
ya...
demasiada esperanza.
Ruidos de recogida
en los últimos locales
de diminutas calles.
Y en mi casa, la aurora... sigilosa
(traidora)
trepando la escalera.
Un búho blanco
desmenuza mis sombras,
quizás piense…
que en la noche se esconden
desmenuza mis sombras,
quizás piense…
que en la noche se esconden
los cordeles oscuros
que hacen eterna
el agua de los ríos...
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4 comments:
Quizas los rios de oscuridad sean de lamento
y la noche entregada a la sentencia de este invierno
sea una condean que no nos deja ver el cielo
asi es la oscuriadd... llena de lamentos y de escenas rotas...
Bello relato.. y es cierto "la belleza del dolor es mas intensa que la felicidad"
Saludos
En la noche se esconden nuestras ilusiones, y al amanecer las sombras vuelven a tener la misma silueta.
Saludos.
Esos tres primeros versos... que se me han antojado como un bello haiku...
Un beso!
...La noche...siempre la noche...muy bien recogida desde las corazas desnudas de secretos...esta noche, huele a belleza...huele a ti querida Amanda.Un beso
Carlos
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