No hay abandono, no...
ni tregua, ni final,
ni O L V I D O.
Tu cuerpo y mi cuerpo tienen huellas
que trepan hasta el alma.
Dos noches que se abrazan
sólo pueden quedarse
empapadas de estrellas...
(para siempre)
inevitablemente luminosas y ardientes...
Doloridas, despues
(como playas resecas)
cuando se aleja el mar que las meció.
Pero no quiero...
no puedo ser un árbol enraizado
en medio de tu bosque.
Sólo una flor pequeña y repentina.
Acariciar tus dedos un instante.
Y besarte la frente, en una noche de otoño.
Recoger, algún día, tu cuerpo
(pasajero del mundo)
y envolverlo en el mío...
alimentarlo con todo
lo que te pueda dar en ese instante,
hasta el regreso a ti...
Sin saber bien ni cuando,
ni dónde.
Sin la voz innecesaria del "por qué".
6 comments:
Divino,Amanda.
Aunque yo quisiera ser árbol, a pesar de no poder tampoco.
¿O querías decir que quieres pero no puedes?
Un beso.
Hola Amanda. Es un gusto que pasaras por mi blog.
Me gustó mucho tu poema, me da la sensación que refleja a la vez un buen recuerdo y algo que añoras.
Es increible como la pregunta por el "por qué" puede ser, a veces, un peso muy grande que limita y entorpece nuestros movimientos. Descartando el "por qué" es que me puse no hace mucho aescribir poesía (creo que no tiene eso mucho que ver con tu poema, pero se me ocurrió comentarlo).
Saludos.
Hola como estás?, bueno solo pasando a saludar, buen blog la verdad!, leeré con calma : ), saludos,
JD
cierto: divino: "sin la voz innecesaria del porqué" pero divido.
besoso
Este poema me parece sencillamente: PRECIOSO. Me ha encantado. Creo, por lo poco que te he leído y aunque no soy muy entendida en la materia, que escribes muy bien.
Saludos.
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