Saturday, February 17, 2007


Con los ojos tendidos
en el cerco voraz de la ventana...
me dejo masticar por la quietud
de todos los paisajes.

Y siento...
como me voy vertiendo
en las plácidas tareas de la luz.

6 comments:

Leo Zelada said...

Gracias por tus visitas a mi blog.

Haber si me escribes a mi mail.

Un abrazo.

Topacio said...

Tu poema produce quietud, sosiego, placidez al mirar por esa ventana los paisajes soleados que se contemplan desde lejos. Ese distanciamiento y falta de implicación que supone mirar, imaginar sin formar parte del escenario me trae recuerdos.

Un beso.

almena said...

Hermosísimo, "... verterse en las plácidas tareas de la luz"

:)

@Igna-Nachodenoche said...

Cuando leo algo que me deja quieto, inmovil, guardo silencio.
Y me vierto al completo en él.

Sangre said...

...Mi querida amanda, tardas tanto en deleitarnos que se queda el alma hambrienta de masticar la leve hermosura que vierte tu alma, desde tu sensibilidad tan desvestida de pronósticos...y tan llena de pureza...un fuerte beso. Carlos

Anonymous said...

Dejarse resbalar en la vida, eso es lo que provocas cuando la quietud te mastica.
Hermosa tranquilidad.
Saludín.