Tuesday, August 22, 2006

Un cuento

Y de pronto ella
se quedaba encerrada
por dentro de su instante,
sola…agua de laguna
que no puede escapar.

Sola en sus ojos,
y en los últimos ríos de sus manos…
mientras la tarde danza
en los abetos.
Y el aire, sigue oliendo a selva,
como todas las tardes.

3 comments:

Unknown said...

Ella nunca estará sola si va en los ojos de él. Besos.

@Igna-Nachodenoche said...

Sóla en sus ojos mirando sus adentros, oliendo a selva virgen
y dejándonos sus versos.

Deli said...

¡Qué bello poema! ¡Qué bello blog!
Un abtazo.