ME ACORDÉ DE TI EN EL ROMPEOLAS
¡Y qué más da que la piedra
se alce infinita, ahora,
como una espuma muerta en el instante.
Y esconda en su silencio
el fracaso de un alma que sucumbió a otros sueños…!
Y qué más da que oculte ruiseñores
que no quisieron nunca ser gaviotas.
Pequeños nidos de miedo
cristalizados en la misma profundidad oscura
en que nacieron
(hace ya casi un mundo).
Nada dirán los siglos
a través de sus labios de granito.
La voz del agua es siempre diferente…
¡Y qué más da que la piedra
se alce infinita, ahora,
como una espuma muerta en el instante.
Y esconda en su silencio
el fracaso de un alma que sucumbió a otros sueños…!
Y qué más da que oculte ruiseñores
que no quisieron nunca ser gaviotas.
Pequeños nidos de miedo
cristalizados en la misma profundidad oscura
en que nacieron
(hace ya casi un mundo).
Nada dirán los siglos
a través de sus labios de granito.
La voz del agua es siempre diferente…
(como lo era el tacto de tu mano).
Quién podría reparar
en mi dolor mojado, descarnado…
que rueda (como si fuera brisa)
por las rocas.
Las nubes viajan en las últimas redes.
Y yo pienso que el cielo se ha quedado vacío
sin la sombra quebrada de tu espalda.
Las nubes viajan en las últimas redes.
Y yo pienso que el cielo se ha quedado vacío
sin la sombra quebrada de tu espalda.
.................................................